
Así, el juego de la blogosfera consiste en la extraña relación entre el uso del lenguaje (a veces cifrado) y la acción: ¿si hablo no actúo?
Traicionar convicciones, enfrentar un sistema de valores (políticos, culturales, éticos...) en una guerra de posiciones donde, por un lado, el Estado no dice y por otro, obliga a decir (dicta lo que se puede decir y lo que se puede hacer), todo ello relacionado con la circulación de información(es): las cosas suelen ser el revés de lo que parecen y entonces la acción en relación al discurso, al lenguaje, se resuelve en la forma o manera que tiene el Estado de pulsar opiniones (una de ellas, cuando hace circular bolas antes de establecer por decreto medidas económicas o de cualquier otra índole).
Resumiendo
Y aunque parecen lejanos los tiempos de las tropelías contra los 75, no hay que perder de vista al lobo... ¡todavía le quedan dientes!
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